Las lesiones y patologías articulares afectan a la cadera, rodilla, tobillo y pie de manera que limitan la posibilidad de desplazarse y caminar. Capsulitis, bursitis, coxartrosis o gonartrosis, lesiones de músculos como el cuádriceps, los isquiotibiales, los gemelos o el piramidal o glúteo medio son frecuentes. Los ligamentos como el Cruzado anterior (LCA), o posterior (LCP), laterales internos o externos (LLE,LLI) o los del tobillo pueden sufrir esguince o rotura.
Así es frecuente atender pacientes con cirugías de menisco, ligamento, prótesis de cadera o rodilla, o tras fractura de fémur, tibia o peroné. Huesos como el calcáneo, escafoides, cuboides, o metatarsianos y falanges también pueden lesionarse. El tendón de aquiles, puede también romperse ocasionando el famoso sígno de la pedrada. Enfermedades como la de Osgood-Schlater o la enfermedad de Sever e incluso las temidas fascitis pueden ser muy persistentes sin tratamiento. No hay que olvidar las radiculalgias como cruralgia, ciatalgia (ciática).